Lapislázuli: abre el tercer ojo y equilibra el chacra de la garganta. Es una piedra que ayuda a liberar rápidamente el estrés, aportando una paz profunda. Posee una enorme serenidad y trae la clave de la realización espiritual. Es una piedra protectora que contacta con los espíritus guardianes. Reconoce el ataque, bloqueándolo y devolviéndolo a su origen.
Pluma: simboliza lo divino, ya que vienen de las aves que vuelan cerca del cielo. Es un signo de pureza y un signo de conexión y progresión espiritual.